Algunos días empiezan mal: ha aparecido un grano más durante la noche… Seas adolescente o adulto, los brotes no suelen ser bienvenidos, y buscas mucho hacer desaparecer los granos lo antes posible. Te explicamos cómo
evitar los hábitos erróneos y cómo adoptar los correctos para lidiar mejor con los brotes en el día a día.
Higiene, sol… Acaba con los mitos sobre los brotes
Vivir con brotes significa tener que lidiar con muchos prejuicios y nociones preconcebidas. Se dice que los brotes están relacionados con la falta de higiene. Que desaparecen con el sol. Que solo afectan a los
adolescentes. ¿Seguimos?
Así que repetimos: no, los brotes no tienen nada que ver con la falta de higiene (y tampoco son contagiosos).Es una afección crónica
de la piel que afecta al 80 % de los adolescentes y a más de una cuarta parte de los adultos, principalmente mujeres. Se desencadena por las hormonas y puede agravarse por factores como la dieta, el
estrés, el tabaco o los cosméticos inadecuados.
¿Y el sol? Una vez más, vamos a desmentir un mito. Si reduce o incluso hace desaparecer los brotes, este efecto es temporal. En cuanto los rayos del sol disminuyen y la piel, que se ha engrosado con el
sol, recupera su grosor habitual, vuelven los granos… a veces el doble de cantidad.
Mi dermatólogo me recomendó que prestara atención a la composición de las cremas y los productos de maquillaje, porque ciertas fórmulas obstruyen los poros. Desde entonces, tengo mucho más cuidado con lo que compro y me
aplico en la piel.
Salomé, 24 años
Reventar, fregarse… pon fin a esos malos hábitos
Entonces, ¿cómo puedes deshacerte de los brotes? Empieza por evitar tocarte los granos: los dedos y las manos pueden ser portadores de bacterias, y tu rostro debe mantenerse lo más limpio posible.
Por muy tentador que sea, ¡no te revientes los granos! Se corre el riesgo de agravar la bolsas y de provocar marcas que muy a menudo son difíciles de quitarse.
Tampoco se recomienda la opción de “tallar la piel”. Los productos de limpieza irritantes utilizados con demasiada frecuencia tendrán, sobre todo, el efecto de agredir tu piel. Para defenderse
de esta agresión, se arriesga a producir más sebo… ¡y granos!
¿Y las soluciones de origen natural? Ten cuidado con las “recetas” de mascarillas o exfoliantes caseros que encuentres en Internet. Que sea natural no significa que sea adecuado para tu piel más
sensible. En su lugar, trata los brotes con un dermatólogo, el mejor especialista de la piel.
¿Cuáles son los mejores hábitos para adoptar cuando tienes brotes?
Limpieza de la piel propensa a los brotes
Esta es la base. Existen varios tipos de productos: aguas micelares, geles limpiadores, cremas limpiadoras, etc. Pero cuidado: deben estar especialmente formulados para la piel propensa a los brotes. Aplícalos
con movimientos suaves (¡sinfrotar!) por la mañana y por la noche para desmaquillarte y deshacerte del sebo y las impurezas de la piel. Un rocío de agua termal para terminar, y tu
piel estará calmada.
Hidratación de la piel con imperfecciones
Incluso si tiende a ser grasa, la piel propensa a los brotes debe hidratarse con productos dermatológicos antiimperfecciones y no comedogénicos… En definitiva, adaptados a la piel con
imperfecciones Cuando salgas al sol, no olvides utilizar productos de protección solar de amplio espectro (UVA y UVB) y alta protección (FPS 50 o más), idealmente diseñados
para piel sensible.
El impacto psicológico de los brotes puede ser considerable. Para convivir mejor con los granos, no está prohibido maquillarse (¡todo lo contrario!).
Verde para los granos rojos, coral para las marcas marrones: los correctores en barra serán tus mejores amigos para camuflar las marcas de brotes. Completa con una base de maquillaje compacta o una base
fluida para igualar el tono de tu piel, y unos polvos para fijar el maquillaje. Por supuesto, todos estos productos cosméticos deben ser no comedogénicos y estar formulados para piel propensa a
las imperfecciones. Y no te olvides de limpiar tus pinceles y esponjas; de lo contrario, corres el riesgo de mantener los brotes por las bacterias presentes en estos accesorios de maquillaje.
Si, a pesar de todas tus precauciones, los brotes persisten y te complican la vida, no dudes en consultar a un dermatólogo. Seas adolescente o adulto, te sugerirán respuestas orales o locales adecuadas.
Al mismo tiempo, desde la limpieza matutina y nocturna hasta el maquillaje y la hidratación, sigue los pasos adecuados para vivir bien con los brotes (hasta que le digas adiós definitivamente).
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